Vía de la S: menos mal que nos queda Portugal.


Vía de la S na Meadinha
Toca empezar la etapa deportiva anual, así que sólo pensaba en escuelas y sectores que estuviesen secos. El finde (20-21 de abril) pintaba un tanto rutinario, ir al cañón y fajarse con esas vías conocidas pero que te dan autoestima y confianza. Además, intentaría ir midiéndome en algún proyecto nuevo, que aunque no muy estimulante por el tipo de escalada, sí imprecindible si uno quiere seguir evolucionando. Es difícil crecer como escalador en estas tierras. El número de vías es tan limitado que o emigras a territorios más propicios o te dedicas a viajar constantemente; en fin, que deberíamos dedicarnos al surf o a la vela y no a esto de arañar la roca.
Pues en eso estaba el sábado por la tarde, apretando unas regletas infames que me destrozaban mis delicadas articulaciones, “sarna con gusto no pica”. El domingo pintaba parecido pero con menos piel en los dedos; así que en cuanto Ernesto y Lucas me comentaron que pretendían acercarse a la Peneda a hacerse una vía por esas piedras portuguesas, se me encendió una lucecita en la cabeza y no tuve que pensármelo mucho: “me voy con vosotros”.


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Hacía muchos años que no volvía por la Peneda y la verdad que me trajo muy buenas sensaciones. La vía que llevaban en mente era la S, una de las vías más estéticas de toda la pared de la Meadinha. El segundo largo presenta una fisura en forma de media luna muy característica vista desde abajo. Por lo que me comentaron, ya habían estado en una ocasión y no habían conseguido liberar todos los largos, por lo que la idea era hacerla toda en libre. Mi conocimiento de la escalada en la Peneda se resume a los magníficos croquis que me había descargado de esa pared hace unos cuantos años y a un intento de escalada a una vía que ya ni me acuerdo de cuál era, sólo se que me pareció tan dura que nos bajamos de la primera reunión.
L1
Ernesto encabezó el primer largo. Comienza por una fisura-diedro que se puede escalar en babaresa o como diedro y que te permite alcanzar un pequeño resalte por encima del cual se sigue por una laja separada de la pared, de izquierda a derecha, hasta alcanzar la reunión. Creo que le dan 6a. El segundo largo, es el más estético, Lucas iba con ganas de liberarlo pero comenzó a tener molestias en su maltrecha muñeca y decidió rapelar. Seguimos Ernesto y yo. Acometí el largo con ganas (6b+). En el primer tramo hay que colocar friends, que entran a cañón, y en la segunda parte, donde la fisura se estrecha hay parabolts. La fisura se escala en oposición, que sin ser extrema sí que requiere estar hecho a esa técnica, porque si no aprietas mucho más de lo necesario. La fisura se estrecha bastante en la parte superior, por debajo del resalte, incluso en algún punto no puedes introducir los dedos y te obliga a hacer pasos bastante largos de manos para llegar a las zonas algo más anchas. Además, había musgo y había que tener cuidado para no escurrirse. Por último, antes de llegar a la reunión, hay un tramo más fácil y plaquero, y totalmente limpio. Altamente recomendable. 
 
L3

El tercer largo, V+, se lo hizo Ernesto. Se encuentra todo protegido con parabolts y es una escalada de placa y sobre pitones. El último largo le dan de 6c, aunque a mí no me lo pareció. El paso duro está al comienzo y perfectamente protegido con parabolts, luego sales a un hombro y remontas unas fisuras anchas un tanto sucias pero que se protege perfectamente con friends. Al final cuatro largos muy buenos que encadenamos en libre y que nos permitió disfrutar de un día de tapia, que en mi caso no estaba previsto, pero que agradecí enormemente. La deportiva siempre puede esperar.
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