Zulú demente, o cómo escalar “un Mallo como Dios manda”.



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Este relato tendría que reflejar gélidos itinerarios sobre hielo azul, pero como consecuencia de lo caprichoso de la meteo, se reduce a contar cómo se sube uno por esos bolos inmensos que te vas encontrando a medida que progresas por la Visera de Riglos. Sí, de Gavarnie a Riglos. Sólo hay que hacer unos “cuantos” Kms, superar un sin fin de rotondas y cambiarse los crampones por los gatos, sin olvidarnos de algún que otro esquema mental.

Una vez en Riglos siempre es conveniente hacerse alguna vía de contacto y más si llevas desde Diciembre sin tocar roca y mucho menos bolos. Así, que nos hicimos unas “viíllas” de esas que para todo riglero que se precie no son vías “como Dios manda”, pero para los foráneos nos sirven para adaptarnos al nuevo medio y para echarnos unas risas.

El famoso microclima de Riglos, más parecía de Lugo que de los Monegros, pero aun así, escalar se pudo casi todos los días. Subimos el Puro, el mallo Pisón (por una combinación de vías que no menciono para que Toño no me de unas collejas) y el mallo Volao. Llegados a ese momento había que afrontar una actividad más seria o mejor dicho, “hacerse un Mallo como Dios manda”. Lucas y yo nos decidimos a escalar la Visera, siguiendo las recomendaciones de Toño y Xose, y nos decantamos por la Zulú. 
Cordada gallego-aragonesa
Ernesto y Víctor se animaban con la Mosquitos y la cordada gallego-aragonesa, anteriormente mencionada, se harían la Directa a la Visera; de esta manera todos escalaríamos juntos y podríamos ir charlando y haciéndonos fotos unos a otros. La verdad es que lo pasamos muy bien colgados por esa pared.
Víctor y Ernesto en la Mosquitos

Los dos primeros largos de la Zulú estaban mojados por lo que entramos por la Mosquitos. Estos tres largos iniciales están algo lavados pero se hacen bien. Si vais algo justos de grado no está de más llevarse algún empotrador o unos pocos friends. A partir del tercer largo nos separamos y comenzamos propiamente dicha la Zulú. No hay posibilidades de perderse, aunque todos los bolos puedan parecer iguales, sólo tienes que seguir el reguero de magnesio, hasta que la pared deje de extraplomar. 
"Un bolo como Dios manda"

Esta primera tirada o cuarto largo, se puede empalmar con el siguiente, dando como resultado un relevo de unos 50m de 6b+ de continuidad riglera. Al final de éste la cuerda roza bastante y cuesta chapar pero es recomendable unir los largos porque te evitas una reunión colgada. El siguiente largo es de 6b, también de continuidad, pero creo que más fácil que el anterior. La reunión se hace por debajo de la buitrera, mejor que en la misma donde también hay otra. De hacerlo así, llevaros 18 cintas y no 15 como se indica en la guía nueva de Riglos. El último largo es impresionante, le dan de 7b, pero es una pasada el patio tan enorme que tienes bajo los pies, apabullante. Yo distinguiría como tres zonas en este último largo, nada más salir de la buitrera hay una sección dura, pero no de bolos, sino de ñapas que se hace técnica y difícil por lo que desploma; luego otra sección de bolos de supercontinuidad y por último una salida técnica sobre una roca más caliza y donde cuesta encontrar los agarres buenos. Hay una fisura a la izquierda que es la clave.
Lucas terminando el impresionante desplome de la Zulú

En la cumbre nos juntamos las tres cordadas y nos retiramos hasta el bar de Riglos para tomarnos unas birras y un generoso bocata. Un buen día de escalada, con un ambiente excepcional y particular y con buenos colegas.

Al día siguiente, Lucas y yo intentamos la Vixente Iñuxente al Mallo Pisón, pero la caprichosa meteo nos chafó la salida a la canal superior; una tromba de agua dejó el largo de 7a impracticable, aunque nosotros ni nos mojamos, y no nos quedó otra que rapelar. Bajarse de ahí arriba es complicadillo, la pared desploma un rato y hay que ir con cuidado para no perder pared. Además, ya en el último rápel se nos quedó enganchada la cuerda; así que hubo que volver a subir a por ella. Unos alemanes que se habían metido en la Murciana, también tuvieron que rapelar, aunque como se retiraron más tarde les cayó una segunda tromba de agua bastante mayor que la primera y se mojaron bastante. Cuando nos retirábamos nosotros, les dije: que estaba wet, pero mi inglés no debe ser muy bueno o no fui muy convincente, porque siguieron para arriba. 
Os dejo un vídeo de la actividad:
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