Hace ya unos días que nos bajamos de la Walker y aun no he podido asumir los motivos que nos llevaron a tener que ser sacados en helicóptero de la pared cuando nos quedaban unos pocos metros para la cima. Supongo que muchos al leer la palabra rescate o helicóptero os empezaréis a imaginar algún tipo de circunstancia épica, alguna lucha fraticida por la supervivencia, algún desprendimiento que pusiese en peligro nuestra integridad y algún que otro suceso digno de Hollywood, pero en cuanto leais estas líneas veréis que nada de eso se produjo y que aunque me cueste reconocerlo, el motivo real de nuestra retirada fue el sueño o mejor dicho “a perguiza” - si no madrugas no triunfas -
Se trata de una de las clásicas por excelencia del marco alpino, una de las seis caras norte de los Alpes. Una vía de unos 1200m de desnivel, una cara norte histórica escalada por primera vez en 1938 por Riccardo Cassin, Luigi Esposito y Ugo Tizzoni, una vía con un descenso complejo y largo de casi 3000m, una línea que técnicamente no es difícil pero que requiere saber moverse en pared y encontarse mínimamente aclimatado y cuyas condiciones pueden ser bastante variables dependiendo de los años: roca, mixto y nieve. En definitiva, reune todos los alicientes para convertirse en toda una aventura y en un gran objetivo para cualquiera que se considere alpinista.
Lo más importante: una estrategia.
Tenemos que ser conscientes que un reto de estas características requiere de una estrategia que condicionará tu manera de afrontar la vía.
Se puede intentar escalarla en el día (12-15h) pero normalmente te pillará la noche en el descenso antes de llegar al refugio de Boccalatte – os dejo un vídeo de uno que no tiene esos problemas – En este caso, la mayor parte de cordadas salen muy temprano desde el refugio de Leschaux. Calculad algo más de dos horas desde el refugio al comienzo de la pared - si te lías en el glaciar puedes perder bastante tiempo - La contingencia en este caso se puede limitar al material de escalada y prescindir de material de vivac, con lo que se irá mucho más rápido en la vía. Yo lo recomendaría únicamente si estamos perfectamente aclimatados a la altura.
El resto de posibilidades pasan por asumir que tendremos que afrontar un vivac o dos. Esta estrategia también puede tener diferentes matices. Salir desde el refugio de Leschaux, dormir en el glaciar a pie de vía o también, coger el primer tren a Montenvers y hacer todo el acercamiento hasta la pared (4-5h) y continuar escalando hasta donde nos de el día. Supongo que todos tienen sus pros y sus contras pero os tocará a cada uno de vosotros decidirlo.
Independientemente de la estrategia elegida, deberíamos tener en cuenta que el refugio de Leschaux en época estival suele estar bastante solicitado, por lo que es posible encontrarse sin plaza si no se reserva con anterioridad. Además, cuando la vía está en condiciones es factible encontrarnos cordadas escalando en la pared, lo que podría condicionar el avance por la ruta y los posibles emplazamientos de vivac.
Fecha actividad
Acercamiento 19/08/2018
Escalada y retirada: 20 y 21 de agosto de 2018.
Vía
Espolón Walker, vía Cassin ED inf, 6a, (V+/A0 obl) 1200m
Aperturistas
Riccardo Cassin, Luigi Esposito y Ugo Tizzoni, del 4 al 6 de agosto de 1938 - ¡¡¡Ole, Ole y Ole!!! -
Acercamiento
Desde Chamonix lo más habitual es coger el tren cremallera que sube a Montenvers y una vez allí descender por sus escaleras/ferrata hasta el glaciar de la Mer de Glace. Lo que queda del glaciar se recorre bastante fácilmente sin necesidad de ir encordados y sin tener que ponerse los crampones. Nos dirigimos hacia el Glacier de Leschaux y enfilamos la cara norte de las Jorases. Su recorrido también es bastante cómodo y no será hasta que nos acerquemos a la línea de fractura de la lengua del glaciar con su circo, cuando tendremos que ponernos los crampones y salvar prácticamente unos 600m de desnivel entre grietas, que habrá que ir sorteando. La ruta de acercamiento a la pared en el tramo final va por su lado derecho, según ascendemos. A nostros nos llevó unas 4 horas.
Encontramos los restos de un vivac anterior en el glaciar, muy cerca del comienzo de la vía y en el nos ubicamos pues tampoco había mucho más donde elegir. Me acerqué a la pared para otear más claramente el inicio de la ruta. Se veían huellas que parecían dirigirse a una fisura muy evidente, aunque bastante vertical para ser un cuarto y por la que corría agua. Aquí cometimos un error y fue no rellenar las “cámel” y dejarlas prestas para el día siguiente. Ese torrente que caía a esa hora de la tarde, sobre las 20:30h, se encontraría seco por la mañana, lo que nos retrasó bastante pues obtener una fuente de agua se complicó en demasía.
Sobre esa hora empezó a chispear y estuvo lloviznando durante bastante tiempo, lo cual nos bajó un tanto la moral, pues no sabíamos si al día siguiente estaríamos tan empapados que tendríamos que retirarnos. Nos metimos en los sacos y dimos buena cuenta de las tremendas “barritas energéticas” que llevábamos preparadas (podéis anotar la formulación: media barra de pan o baguette, aguacate, tomate, queso parmesano y jamón serrano) - al estilo patagónico pero sin beef -
El dormir en el glaciar tiene la ventaja que todo el acercamiento a la ruta ya lo tienes resuelto, pero tiene el inconveniente que un glaciar es algo vivo, se mueve, arrastra cosas de manera constante y sin pausa, los sonidos y ruídos se escucharán toda la noche y muchas veces el no saber de dónde vienen puede desvelarte.
Entre las cinco y las seis de la mañana, un par de cordadas pasaron a nuestro lado y enfilaron la pared. Lo lógico hubiese sido activarse y arrancar detrás de ellos, pero en vez de eso nos dedicamos a observar por dónde entraban en la vía y ver como evolucionaban sus frontales. Cuando vencimos a la “perguiza” y decidimos arrancar, hubo que sumarle el inconveniente del agua, por lo que, no debía ser antes de las 8:00h el momento en el que iniciamos la fisura – spanish style -
Itinerario
En una vía de estas características indicar detalladamente su recorrido se me hace difícil, por lo que dividiré la escalada en tramos o zonas.
Lucas en los ensambles del primer tercio de la pared |
A partir de aquí comienza una zona caótica donde progresaremos en esamble. Inicialmente escalamos rectos y luego siempre con tendencia hacia la izquierda. En todo momento iremos descubriendo cordinos, puentes de roca y clavos, esa es la señal de que vamos en la dirección correcta – por cierto, en la pared podréis encontrar cuerdas Mammut a buen precio, que me imagino usarían en la filmación del récord de Arnold. Sólo decirles que podrían ir a recogerlas y llevárselas de la pared y no dejarlas sepultadas bajo la nieve -
Son alrededor de 300m ensamblando e iremos atentos a un cambio de roca. Veremos una zona donde el granito cambia, dejamos las pendientes repletas de piedras y bloques sueltos y debemos buscar una placa de un color gris más claro y compacto, la placa “delicada” - si no os pasáis de este punto, a partir de aquí la vía se intuye bastante bien -
Rápidamente nos encontraremos con el diedro Rebuffat (6a) -personalmente el largo que más duro me pareció de la vía junto con otro de las placas grises – Al superarlo llegaremos al mejor vivac de toda la ruta, el primer vivac Cassin. De este punto se sigue en ensamble hasta llegar debajo del gran diedro de 75m. Inicialmente saldremos descendiendo del vivac para luego ir progresando con tendencia ascendente hacia la derecha. El diedro no se verá hasta estar debajo de el. Aunque estaremos a unos 3.500m, aún queda mucho...
Lucas en el diedro de 75m |
En este punto tuvimos la desgracia de ser testigos del accidente mortal de un escalador italiano que estaba realizando la vía en solo integral – no es nada agradable encontrarte con ese hecho en medio de una pared como esta, mentalmente es complicado abstraerse de lo acontecido .. -
Luego encontraremos dos largos evidentes hasta el rápel pendular. Al salir de este veremos unas cuerdas viejas fijas que permiten subir por esta zona más fácilmente pues se encuentra bastante rota.
Llegamos a las placas grises. Aquí la roca mejora y encontraremos largos realmente de calidad y que si pensamos en el año en que esta gente pasó por allí, es para quitarse el sombrero. Remarcar el L12 – que indico en la foto/croquis, en el croquis de A. Castellet el L17 – donde se escala en una especie de zig-zag para ganar un segundo diedro donde se montará reunión – ojo al roce de las cuerdas – El siguiente largo fue el único donde tuve dudas y de hecho me pasé la reunión porque al salir del diedro me fui excesivamente a la derecha, afortunadamente me di cuenta rápido, destrepé y enseguida encaucé la ruta que sale más en vertical hasta debajo de un bloque cuya reunión hay que montar sobre clavos.
Enseguida se alcanza el segundo vivac Cassin y estaremos a unos 3.700m. El siguiente largo, es buenísimo y nos depositará prácticamente en la arista, sobre la que nos montaremos claramente en dos largos más. Nosotros al llegar a este punto decidimos prepararnos para hacer el vivac. El lugar no ofrecía muchas comodidades, pero resultaba seguro y había nieve que podíamos derretir – al día siguiente a unos 30m pasaríamos por una repisa bastante más cómoda – A este punto llegaríamos sobre las 20:00h, por lo que podríamos haber seguido escalando un poco más, pero por la info que teníamos, el siguiente vivac bueno se encontraba muy arriba – Carlos Buhler, grandísimo alpinista canadiense, decía que en grandes rutas es mejor dedicarle tiempo a montar un buen vivac que tratar de aprovechar al máximo la jornada escalando - Además, en la arista nos daba el sol y encontrándonos cerca de la cota 3.800m, nos parecía más que suficiente para salir al día siguiente sin problemas – el hecho de ir con la casa a cuestas te puede dar una falsa seguridad, eso lo tengo claro ahora, ¡¡je, je!! - Creo que pensamos que como jornada de escalada estaba bien: cerca de 800m escalados en unas 12h, con unas mochilas jugosillas y sin mucha aclimatación por nuestra parte – Cassin se estará riendo de nosotros supongo – Lo que no sabíamos era que los largos que nos esperaban por encima del “nevero triangular” son bastante entretenidos y llevan su tiempo.
Cuán agradable y deleitoso puede resultar un vivac si este es planificado - lo he escuchado por doquier - El nuestro fue totalmente consciente, pero aún así, contando con un mirador de lujo y aún siendo la climatología notablemente benigna, resultó ser un suplicio por lo incómodo de la repisa – Dani Arnold, ¡¡cómo te envidio!! -
Foto Lucas: en el largo anterior al nevero triangular |
Nosotros realizamos cinco largos hasta situarnos debajo de la Torre Roja y en condiciones de mixto. En el nevero triangular no cojimos la línea de la izquierda, seguimos por la canal que sale recta. Había algo de hielo y supongo que algunos clavos estarían enterrados porque tampoco había en exceso. Para ir con un sólo piolet, el tercero y cuarto de esta serie (L26 y L27 de mi foto/croquis) me resultaron un tanto expo. En estos tramos no cometáis el error de tratar de andar cambiando a gatos, una vez cojáis las botas no quitárselas hasta que os plantéis debajo de la Torre Roja y veáis como se encuentran las canales de salida – yo perdí algo de tiempo en esas operaciones – Justo debajo de la Torre Roja – en cuanto dejas las Chimeneas Rojas y antes de la travesía característica que bordea la misma – encontraréis un buen vivac, aunque creo que la gente lo usa más como cagadero...
Cuando estábamos en las Chimeneas Rojas la meteo empezó a avisarnos en forma de “nieve poliespán”. Si bien la previsión marcaba tormentas y frente a partir de la tarde eran sobre las 13:00h y la cosa no pintaba bien. En cuanto flanqueamos la Torre Roja y nos acercamos a los largos finales – debían quedarnos unos 4 largos – la caída de nieve empezó a arreciar y todas las canales de la cara norte, en un instante, estaban vomitando coladas por doquier. Se nos acababa de cerrar la posibilidad de salir por arriba en un tiempo prudencial. El pronóstico tenía pinta de que iría a peor por lo que en un cónclave rápido y sencillo, pero jodido por la decisión, decidimos llamar a la gendarmería para que vinieran a por estos “alpinistas perguiceiros”.
Aquí se terminó nuestra aventura en las Jorases. En poco menos de 15- 20 minutos pasamos de estar en un marrón a unos 4.000m, a encontrarnos desorientados en Chamonix. Tan fuera de lugar estábamos que cuando nos dijeron que en Francia no cobran por los rescates aún nos quedamos más catatónicos, estés o no estés federado, sea el motivo que sea te recogen y amablemente te dejarán en Les Praz, que es donde tienen su base el Dragon 74; eso sí el bus de vuelta no te lo pagan.
Material
Dos cuerdas de 60m, un juego completo de Totems y un Camalot nº3 (opcional), un juego de fisureros, 12 cintas, dos clavos, un tornillo, crampones y un piolet por cabeza (estimar llevar tres por cordada). Si hacéis vivac, además: hornillo, saco de dormir, esterilla, una cena o dos, funda vivac.
Reseñas e información
Información sobre las actividades y condiciones que se realizan en la zona:
- La Chamoniarde, recoge información de las condiciones en el macizo del Mont Blanc.
- El guarda del refugio de Leschaux, informa de las condiciones en la zona de las Jorases.
Sobre la vía:
- Blog de Carlos Gallego: Montaña y Alpinismo Clásico, nos cuenta su relato de ascensión y nos pone en antecedentes. Recomendable su lectura.
- Blog de Ekaitz Maiz, un máquina que también tuvo una retirada, bastante más épica que la nuestra. Os dará idea de otras estrategias y de lo que es una cara norte.
- Relato de la ascensión de otros dos máquinas: Josune Bereziartu y Rikar Otegui, estos aunque no lo planearon también tuvieron que hacer un vivac.
- Camp to camp. Recoge una descripción de la ruta y algún croquis.
- Indispensable, Albert Castellet. El mejor croquis.