Arlaud-Souriac: radiografía de una actividad expres.


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Así fue la cosa:
Día 10/05/2013: 11:00h finalizo jornada laboral, 11:30 salgo de Lugo, 12:40h recojo a Lucas en Ourense, tras un par de paradas en Quintanillas y en Irún a las 22:30h llegamos a Pont d’Espagne, 23:00h al sobre. Día 11/05/2013: 2:00h suena el despertador, 3:00h salimos de Pont d’Espagne, 5:15h llegamos al refugio de Oulettes de Gaube, 6:40 nos colocamos el atrezo de escalar, 7:00h superamos la rimaya y montamos R1, 7:40h comenzamos el corredor, 13:30h finalizamos el corredor, 17:00h regresamos al refugio de Oulettes de Gaube, 20:30h Pont d’Espagne y por fin, 22:00h al saco. Día 12/05/2013: regreso a Lugo con más calma. 
Hacía mucho que no visitaba el macizo del Vignemale. Verdaderamente es uno de esos sitios apabullantes, de los que te hacen pequeño o tal vez, de los que te recuerdan lo que realmente somos: poca cosa. Afortunadamente la meteo se conjuró y las condiciones acompañaron por lo que el ambiente era extraordinario.

El mayor miedo que tenía era encontrarnos con muchas cordadas por encima. La decisión de ir a hacer el Arlaud Souriac la tomé el jueves por la tarde, después de leer una reseña donde se indicaba que se encontraba en buenas condiciones. Igual que nosotros seguro que había muchos otros candidatos con las mismas intenciones. Cuando llegamos teníamos sólo, tres cordadas por encima y extrañamente no se apuntó nadie más.
Lucas en el L1
No hizo un día especialmente frío, estamos en mayo, pero una norte siempre es una norte y si estás mucho tiempo parado te destemplas rápidamente. Las cordadas que iban por encima no se movían especialmente rápido, pero tirar cosas tiraron bastante: hielo (eso es de esperar cuando vas por debajo), clavos, friends, tornillos; casi montamos un mercadillo.
En cuanto salió el segundo de la cordada que teníamos por encima le dije a Lucas que tirase para arriba, ya llevábamos un rato en la R1 esperando y yo empezaba a tener frío. El L1 es fácil, una rampa de hielo de como máximo 70-75º. La reunión sobre hielo. La siguiente tirada salva un muro de hielo algo cutre y gana la base de un diedro donde se encuentra una vieja reunión de clavos, aunque había tanto hielo que se podía evitar subiendo por la izquierda y montar más arriba sobre tornillos o aprovechando la roca, yo preferí hacer un poco de mixto para no estorbar al colega de al lado. Aquí ya empecé a cansarme de la pareja a la que íbamos pegados. En el tercer largo, aunque el primero de la otra cordada aun estaba escalando le dije a Lucas que tirase, había suficiente hielo por la derecha como para no estorbarse, aunque al compañero no le pareció muy bien y recelaba de si le estorbaríamos. Lucas subió perfectamente un corto muro de 80º-85º y montó la R4 ya dentro de la magnífica goulotte encajonada tan característica de esta vía. 
Iniciamos el ensamble

A partir de aquí, en vista que el embudo que forma la canal es muy propicio para recibir regalos, decidí tirar en ensamble para progresar rápido y evitar estar mucho tiempo expuesto a las caídas de cuerpos extraños. Progresé bastantes metros, me encontré algún resalte de 80º, alcancé a las otras cordadas precedentes, que se encontraban saliendo de la goulotte para enlazar el corredor de nieve de salida por la derecha. Yo seguí por la izquierda, por no esperar y porque vi un espit unos metros más arriba, por una rampa más inclinada, berglaseada pero más entretenida, que con un pequeño flanqueo hacia la derecha me dejó en la canal de nieve, al lado de las reuniones que tenían montadas las otras cordadas. Aquí me detuve y monté reunión. Había que darle refrigerio a los gemelos y echar una meadita. 
Lucas terminando el corredor

El resto de la vía es un corredor de nieve dura de unos 50º-55º que te va definiendo los gemelos y que se puede hacer todo el en ensamble protegiéndote en la roca. Toda la vía estaba en condiciones espectaculares para la progresión.
El resto consistió en regresar en las mejores condiciones posibles en vista de lo que nos quedaba por delante. Descender por la normal del Vignemale hacia la Hourquette d’Ossoue y desde ahí volver al refugio de Oulettes y finalmente a Pont d’Espagne. En definitiva 3 horas de sueño y 17h de actividad, no está mal para un cuarentón; el Lucas va sobrao que es un chavalín.
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