Directisima en en la cara Oeste del Picu



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Encontrarse en frente de la Oeste del Naranjo es una inspiración constante. Este megamonolito se mete con uno, no te deja dormir, te absorbe el pensamiento y no dejas de plantearte por dónde le atacarás en la próxima visita. Hacía tiempo que Xose y yo habíamos hablado de la posibilidad de juntarnos para ir a escalar la Directísima de esta cara del Urriellu; pero por cuestión de fechas la cosa estaba en “stand by”. Al final, el finde del 15 de septiembre pudimos coincidir los cuatro: Xose, yo, el Picu y la señora Meteo.
La Directísima (ED; 7b o 6b/A2) fue la segunda vía que se abrió en la “Oeste”, después de la célebre Rabadá-Navarro, allá por el año 1974. Se trata de una vía cuya concepción fue abordar los muros más fantásticos que he visto en el Naranjo, mediante técnicas de artificial, para lo que cosieron en gran medida la pared de “Pes” expansivas (Pitones de expansión).
La vía presenta tres largos iniciales bastante duros 7a, 7a+ y 7b y el resto de tiradas son más asequibles pero eso sí, los seguros fijos alejan más, la protección es complicada en algunos pasajes, los largos son muy mantenidos y de gran continuidad y siempre a tope de cuerda. Vamos, que hay que estar muy fuerte para encadenar los largos. Por contra, la roca es exquisita. Muros verticales llenos de agujeros donde la navegación se hace importante y todo ello en medio de una caliza súper compacta.
Mis impresiones: L1: 7a muy duro para liberar. De hecho yo decidí atacarle en libre como desayuno y se me atragantó. Es tal vez el largo más diferente al resto de tiradas. Un diedro fisura totalmente limpio. Una vez que pasas la primera parte dura se encuentra un clavo, que conduce a una panza en la que hay un spit y bastante más alejados, una vez que agarras una laja fracturada, un par de “Pes” antes de la reunión. La salida a la reunión es de adherencia sobre unas regletas malas, delicado. El largo lo resolvió Xose colgándose y acerando de un friend, a mi se me quedó el antebrazo izquierdo petado de tanto bloquear para intentar meter ese seguro y por aquello de no enredar demasiado le cedí los honores al boss. Por cierto, estando asegurando el largo inicial, en la Murciana se cayó un chico, creo que en el L2, y se llevó consigo un pedrolo bastante majo. Afortunadamente a él no le pasó nada grave pero se mascó la tragedia por momentos. Desconozco si habrá subido de grado la vía, la piedra era grande de cojones.
L2 y L3: Largos cosidos a “Pes”. El que quiera liberarlos que vaya fuerte. Tal vez el primero de estos dos se ve más claro. Moviéndote por la derecha de la línea de “Pes” puede resultar factible, el problema sería gestionar los seguros. El siguiente me parece más complicado para liberar ya que hay que navegar bastante y no se le veía una línea muy clara. Nosotros llevamos 16 cintas y en estos largos y también en muchos de los de arriba, las usamos todas, es más, nos tuvimos que colgar de los seguros para ir recuperando género.
L4 y L5. Magníficos largos. Una escalada de continuidad sobre los mejores muros de agujeros que yo he visto. Roca compacta y magnífica. Sigue habiendo “Pes” pero alejan algo más. A estas alturas ya habíamos hecho buenas migas con la cordada de sevillanos que teníamos por encima y con el “comando madroño” que estaban escalando a nuestra derecha en la vía “gizon berri bat naiz” (soy un hombre nuevo). El L5 termina en la vira central de la Oeste por donde confluyen las cordadas que vienen haciendo la Rabadá. Ese día había como cuatro o cinco cordadas que fueron desfilando por ahí.
L6. 6c de continuidad. Muy mantenido. Tiene un inicio que intimida por que la primera “Pe” que ves está lejos y hace algo de barriga. Para proteger tienes un clavo de salida de la reunión y luego hay que navegar bastante para ubicar los cacharros aunque siempre sobre buen canto. Una vez pasas esa sección, retomas ese muro infinito que hay ahí arriba, intercalado con algún pasaje más fino de adherencia. En este largo hice una reunión sobre dos “Pes” y un puente de roca, debido a que los sevillanos que iban por encima, no encontraban la reunión por ningún lado y efectuaron un relevo de fortuna a unos 10 metros por encima mía. Es posible que juntando este largo y el L7, que hizo Xose, y a tope de cuerda, se pueda hacer en uno.
El resto de tiradas, del L8 al L12, son largos de navegación. Las “Pes” prácticamente desaparecen y sólo tienes que plantearte dónde colocarás los seguros. Hay muchos agujeros, pero de formas caprichosas, que no siempre se amoldan correctamente para la autoprotección. No son difíciles, pero si algo expuestos por que no te paras mucho a proteger. Justo antes de llegar a la Laja España se pasa por una sección de roca algo fracturada, pero es una anécdota en este océano de muros compactos. 
El tiempo invertido fue de alrededor de 10h, lo que para mí está bien, pero a los ojos de un “profesional” es posible que sea un tanto lento.
Por último indicar que esta vía puede llegar a ser muy peligrosa, no por la escalada en sí, sino más bien por las acciones de otras cordadas. En los largos finales de manera reiterada, cayeron numerosas piedras de la parte somital del Picu. Con toda seguridad por la actuación de cordadas que se encuentran en el tramo final de la Murciana, (cabras seguro que no eran, que ya lo decía el Marqués: que al Picu no había animal de pezuña que se subiera). Hay una zona de roca suelta en la parte superior, pero por la que es posible pasar y no tirar absolutamente nada, nosotros así lo hicimos. Me parece importante que reflexionemos sobre el hecho en sí, pues no basta con gritar piedra, hay que evitar tener que gritarlo; más aun en un entorno donde el gran número de cordadas que pueden deambular por debajo nuestra, se puede traducir en que unos estén arriba de celebración y en ese mismo instante, a 50 o 100m, halla un cuerpo colgando de una cuerda. Entiendo que a uno se le caiga una piedra escalando, pero estoy seguro que la mayoría de las que llovían eran motivadas por no prestar atención en el manejo de cuerdas o al transitar descuidadamente por un terreno fácil pero descompuesto. Además de las tres o cuatro piedras que nos cayeron en los largos finales, hubo una que no me mató por 30 cm mientras estaba en Laja España apunto de echar una meada.
Que quede claro que la vía es muy buena, pero como estoy en plan reflexivo no me puedo despedir sin indicar las malas vibraciones que se están transmitiendo en el Refugio de la Vega del Urriellu. Entiendo que la gente quiera ganar dinero, pero hay maneras de hacerlo. Un refugio no es un hotel. No se debe dedicar exclusivamente a dar servicios retribuidos y si los da, que tenga en cuenta la idiosincrasia de lo que allí se encuentra. Creo que se trata del último eslabón que une a las montañas y las personas, y como tal adquiere una responsabilidad superlativa en la transmisión de la cultura alpina o montañera. Un refugio no se puede convertir en un gimnasio donde tú pagas y te dan un espacio para que te ejercites. Ese espacio del que estamos hablando no es la zona escuela de al lado de tu casa, ni las gentes que deambulamos por allí somos gimnastas ni escaladores de salón; hay algo más detrás. El que no se pierda esa cultura, el respeto por el entorno donde nos encontramos, el espíritu de compañerismo son valores a conservar y sobretodo a transmitir, y creo sinceramente, que se trata de una tarea en la que los refugios tienen mucho que decir. Aunque en la Vega del Urriellu se hallan olvidado de ello.
Por último, dar mis felicitaciones a Víctor y Lucas por ese pedazo de viote que se hicieron el sábado (La Rabadá-Navarro). La primera vez que se sube por esa pared siempre queda marcada y si es por una vía con semejante historia aún más. Enhorabuena.
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