Travesía Argaos-Torre de Enmedio

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Sin un plan claro para el fin de semana y con una pequeña rotura del tendón de mi dedo corazón, que me pide no escalar, hablo con Aviño para ver si tiene planes. Este me comenta que le apetecería hacer la cresta de los Argaos o la de los tres Poyones. Se me iluminan los intermitentes y viene a mi memoria la travesía del alto Cornión. Lo que había leído de ella hacía referencia a una actividad invernal y de bastante entidad, así que sin mucho tiempo trato de recabar información para realizarla en época estival. Decidimos tirar para Picos, al Cornión y ver hasta donde nos da el cuerpo en una jornada que promete ascensiones y descensos sin tregua.
Datos
Fecha: 27/08/2016
Horario: 16h:30min
Punto de partida/Llegada: Pan de Carmen/Pan de Carmen
Longitud: cerca de 16 km (datos aproximados sobre mapa, no con gps)
Dificultad: IV+/V (dos secciones, uno para alcanzar la 3ª Torre de Cebolleda y otro en el espolón Oeste de la Torre de Santa María)
Material: 2 cuerdas de 60m (de 50m son suficientes, son necesarias para los rápeles de bajada de la Torre de Enmedio; para el resto de la ruta con unas de 40m o de 30m se solventaría), cuatro mosquetones de seguro para reuniones, 2 cintas de reunión, cordinos largos para abandonar y sustituir instalaciones; 6 cintas expreses, aliens (azul, verde, amarillo y rojo) y camalots (0,5, 0,75 y 1), material para asegurar y gatos. - En las secciones de escalada se encuentran clavos y realmente sólo coloqué dos friends en toda la ruta -
Referencias e información:
Francisco Alarcón y Salvador Muñoz, 2003. 57 escaladas invernales en los Picos de Europa y Cordillera Cantábrica. Ediciones Desnivel. - Se reseña de manera muy somera la integral del Cornión en invierno, desde Los Argaos hasta el Peña Santa -
Miguel Ángel Adrados, 1997. Picos de Europa ascensiones a las cumbres principales y 20 travesías selectas. Ediciones Adrados. - Reseñas útiles para conocer los accesos normales a la mayoría de los picos que se engloban en la travesía -.
https://infofanatic.blogspot.com/2013/10/tres-aristas-del-cornion-en-el-dia.html. - Blog de Alberto Boza y que recoge la actividad que hicieron ellos en el 2013 siguiendo la misma idea de completar la travesía del Cornión -.
Arrancamos de Lugo sobre las siete de la tarde, cogemos la A8, dejamos atrás unos cuantos kilómetros y durante los mismos, haciendo recapitulación del material que había metido en el petate, me doy cuenta que me he dejado el arnés en otra mochila - gran cagada -. Como no había otra, nos acercamos al “Decartón” de Gijón que queda pegado a la autovía. Buscamos una solución pero no hay nada que me convenza - no estoy dispuesto a gastarme los cuartos en otro arnés, ya tengo dos en casa –. En frente hay un Forum sport y casi por los pelos conseguimos entrar. Aquí sí venden cinta plana por metros y me compro unos cinco metros para poder hacerme un arnés de fortuna -uff, salvados-. Seguimos carretera, paramos en Posada para cenar y tomar un café; no paramos en el santuario de Covadonga; ascendemos a los Lagos - sorteando alguna que otra vaca - y a eso de las doce de la noche aparcamos en Pan de Carmen, punto de acceso al Refugio de Vegarredonda – en el mes de agosto el tránsito a los Lagos en vehículo privado está restringido de 8:30h-20:00h -.

Son las 5:00 A.M. y salimos para arriba. Hace un calor sofocante, una brisa cálida que más parece  que estemos en el trópico que en plenos Picos de Europa. Sin volvernos locos pero a buen ritmo alcanzamos el Refugio de Vegarredonda en una hora, aproximadamente. No paramos, pues creo que tampoco nos iban a atender y seguimos al collado de la Fragua, que en más o menos otra hora pisamos. Coincide nuestra llegada al collado con la aparición de las primeras luces del amanecer y con el afloramiento de un viento bastante incómodo. Empezamos la cabalgada subiéndonos al cordón de los Argaos por la vertiente de las Barrastrosas hacia una pequeña collada de fácil acceso. Una vez en la cresta seguimos esta generalmente por el filo, una sucesión de trepadas y destrepes sin muchas complicaciones pero con un gran ambiente y todo ello acompañado con ese color característico de las mañanas que enfatiza los relieves y engrandece la dimensión del camino recorrido y del que tenemos por delante. Vamos superando cotas y creo que serían alrededor de las 8:20 AM cuando terminamos con el cordal de los Argaos y nos disponemos a continuar hacia las Torres de Cebolleda.


Permanecimos en la cresta en todo momento, con algún flanqueo por la vertiente este y un destrepe por una canal hacia el Oeste muy evidente antes de alcanzar la primera Torre de Cebolleda. Una vez en esta, se sigue el filo sobre una caliza inmejorable hasta pasar la segunda Torre y llegar a una brecha donde unos cordinos colgados de un clavo nos indican que es hora de ponerse los arneses -en mi caso me toca la penitencia de los cintajos – y sacar la cuerda. Se trata de un pequeño resalte cortado por una fisura, donde se encuentran emplazados dos clavos. Su flanqueo resulta más incómodo que difícil, el resalte te echa para atrás y los apoyos quedan bastante a la derecha por lo que te encuentras en una posición un tanto desequilibrada, esto sumado a que no me puse los gatos y que no me apetece caerme sobre mi “arnés” hace que acere para salir de la barriga. Sigo unos metros más hasta salir a la cresta, aunque tengo que ir con cuidado porque el “arnés” no hace más que incomodarme en mi evolución y tengo que andar a recolocármelo a cada instante. Esta primera escalada deben ser unos 15m y con una sola cuerda es suficiente.
Vertiente E de la 2ª Torre de Cebolleda

Una vez arriba hay que descender hacia la base de la Aguja de Gua. Se puede hacer en un par de rápeles no muy largos - hay instalaciones montadas sobre clavos – o destrepar con tendencia a la vertiente de las Pozas, nosotros elegimos esta última opción porque la roca era bastante sólida y también porque quería evitar a toda costa tener que emplear mi “mega arnés” - no vaya ser que se gaste -.

Subimos a la Aguja de Gua por una canalcilla que aflora en la vertiente este y la destrepamos hasta alcanzar la base de la Torre de Santa María, sorteando un pequeño gendarme donde hay un paso “tonto” que te hace pensar como resolverlo pero sobre roca buena.

Atacamos la Torre de Santa María por su espolón Oeste. Nosotros lo hicimos en un largo de 60m y otro muy corto de 10m, si bien mi intención era hacerlo en ensamble debido a la “comodidad” excelsa de mi material tecnológicamente avanzado y al viento que me tiraba en exceso de las cuerdas, me vi obligado ha hacer una reunión un poco por debajo de la cresta, en una repisa, sobre dos clavos y justo después de pasar una llastra que da bastante miedito. En cuanto gané la cresta hice reunión y ya sin “arnés” ganamos la cumbre donde nos tomamos un merecido tentempié. Serían las 12:20h y de horario íbamos bastante bien, aunque pensando en los rápeles que quedaban y en algún que otro largo que supuestamente habría que hacer no me encandilaba demasiado el resto de la jornada -sólo por aquello de no manchar el full equip que llevaba -.

De la Torre de Santa María bajamos por la Grieta Rubia – seguir los hitos, posible rápel para evitar el último destrepe -. Las reseñas que había leído de las ascensión a la Torre de la Horcada hablaban se secciones descompuestas y de roca mala por lo que después de alcanzar la collada situada entre esta Torre y la de Enmedio, decidimos no subirla. Esta collada se gana flanqueando por el este la Torre de la Horcada y un poco por debajo de la Horcada de Santa María en su vertiente del Jou Santu, alcanzar unas viras de rocas sueltas que nos depositan en la misma – se encuentran hitos -. De aquí a la cumbre de la Torre de Enmedio se llega sin nigún problema. Son las 14:25h.

Escalando el espolón O de la Torre de Santa María
A partir de aquí, la cosa se nos va ha torcer. Descendemos de la cima por una canal que mira al sur y con bastante roca suelta. Al final de esta, a la derecha según bajamos, encontraremos un gran bloque encintado y preparado para rapelar -nosotros encontramos parte del cordino con el alma al aire por lo que lo sustituimos -. Sacamos cuerdas y nos enfundamos el material de rapelar - lo estaba deseando, ¡¡no quepo en mi de gozo!! -. Este primer rápel deben ser cerca de 50 m. Dejas a la derecha – según miras a la pared – un gran ojal que forma la roca y encuentras, al final de una canal/diedro, un tinglado formado por un clavo, un spit y puente de roca – todo tope gama como mi “arnés” y como las protestas de mi entrepierna –. Baja Aviño, montamos el siguiente y para abajo. Este segundo rápel será un poco más corto que el anterior y la reunión está montada con cordinos sobre dos clavos y situada justo donde empieza a extraplomar la pared, a la izquierda de la anterior -según miras a la pared-. Empezamos a recoger la cuerda y esta no viene, nos hartamos de tirar, de tratar de recolocarla y nada -atasco en toda regla y yo medio colgado de ese comodísimo “arnés”-. Aviño decide subir, tenemos suficiente cabo como para ir asegurándole, pero se empieza a liar un tanto y la cosa se le complica por no llevarse todo el material de progresión. Se asegura y subo yo a desliar las cuerdas – ¡¡ojo!! cuando rapeléis de esta reunión, guiar bien las cuerdas y probar antes de bajar que corran bien -. Conseguimos recuperarlas, eso sí con esfuerzo y tiempo. Montamos el siguiente y nuevamente a colgar de mis “amplias” perneras, nunca mejor dicho porque es el rápel más aéreo de todos. Hay que ir con tendencia a la izquierda – según miramos a la pared – para ganar las gradas que nos depositan en el collado. En este rápel el viento interfería bastante, llevándome las cuerdas lejos del collado por lo que me dio bastante guerra conseguir ir a la izquierda – y escozor de entrepierna -. Baja Aviño y al recogerlas más problemas; la intensidad del viento era grande y se debieron enredar, por lo que no venían; tuvimos que andar un buen rato a desenredarlas y buscar emplazamientos más adecuados para poder tirar de ellas. Con suerte y esfuerzo las reconducimos al buen camino.

En este momento serían alrededor de las 18:00h, nos habíamos dejado casi cuatro horas para bajarnos de la Torre de Enmedio. Viendo que para llegar a las Tres Marías había que escalar algún largo nada interesante por la vegetación y pulido de la roca – según mis informaciones –, que estaba un tanto hasta el gorro de mi “arnés” ultralight y que probablemente se nos haría de noche antes de llegar a nuestro destino deseado – sí, la Torre Santa de Castilla – decidimos iniciar la retirada, no sin antes dejar muy claro que la integral completa es perfectamente factible y que sin dudarlo que volveremos a intentarlo – palabra de cabezota -.


Del collado entre la Torre de Enmedio y la tercera María no tenía información si era posible bajarse hacia la vertiente del Jou Santu, así que fuimos bajando con cuidado y buscando llambrías con roca compacta siempre con algo de tendencia hacia la derecha - mirando al valle – Destrepe lento pero que nos permitió alcanzar el Jou y coger la senda de las Barrastrosas para volver a nuestro punto de partida. A las 21:30h estábamos en la furgo y sobre las 23:00h tomándonos una cazuela de huevos con patatas y filetes que nos permitió recobrar lo gastado. Al día siguiente nos fuimos a la playa – afortunadamente aquí no me hizo falta “arnés” -.
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